viernes, 2 de abril de 2010

PA' RENDIR HONORES

Deletriando una cuartiya
algunas rimas engarzo
mientras principiando marzo
el rumbiar me hace cosquiya;
ya está lista la tropiya
camperamente arreglada,
bien de los vaso’ y tuzada
…sin dejar de ser senciya.

Si en algo pongo atención
como queriendo floriarme
-ya que lejos viá largarme-
es en las cola’al garrón.
Siempre ha sido mi afición
la luzcan como peinada
(…aparente y ponderiada
risulta esa condición).

La madrina yeva entera
la cola muy bien cuidada,
de flequiyo y enrulada
muestra la rubia clinera
que’s alazana y puntera
la que al tañir del badajo,
tiene’n cada pingo, un gajo
servicial, como cumbrera.

Salgo de la Punta Blanca
en antes que’l sol asome
pa’ que cuando alto, me tome,
ya haiga cruzao la barranca.
Si mi suerte no se manca
en unos días yegaré
al pago de Tapalqué
ande hizo Álvaro, retranca.

Me imagino la sorpresa
del hombre cuando me vea
que no es mi visita, idea
que le ronde la cabeza.
Me le viá dir de una pieza
en el gatiao mascariya
como pa’ hacerle cosquiya
al gesto de su estrañeza.

Va a escuchar de oreja alerta
lo de la depositada
del “gatiao de la Ensenada”
con el “zaino lista tuerta”,
bien sé que se le dispierta
el indio, por las carreras,
que ha’ndao mucho en las cuadreras
y nada lo desconcierta.

Pero aura echo algún bocao
ansí me ricuesto un rato
cosa de hacerle un barato
al sueño, y no andar pesao.
Ya está el apero alistao
con las pilchas más mejores,
¡cómo pa’ rendirle honores
a un aparcero apreciao!
                                       (24/01/1996)

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