miércoles, 22 de octubre de 2014

PA' MADALENA

(triunfo)

Primera

Juan de Garay anduvo
por los comienzos.
¡Lo nombro por los comienzos!

Acá habitaban indios
de raza pampa.
¡Ya me imagino la estampa!

Por mil seiscientos treinta
ya se sabía.
¡Qué una redución había!

Por “pueblo de las islas”
lo conocían.
¡Dicen que así le decían!

Estribillo

Este triunfo es pa’l Pago
de Madalena.
¡Miren si vale la pena!

Segunda

Dicen que jué fundao
en mil siete treinta.
¡La antigüedá representa!

Doscientos cincuenta años
yeva de vida,
¡la antigüedá recorrida!

El “Fuerte de Atalaya”
en su partido,
¡era heroico y conocido!

Pasó Rosas su infancia
por estos pagos.
¡Los nombro a “los coloraos”!

Estribillo

Este triunfo es pa’l Pago
de Madalena,
¡¡Corre tu sangre en mis venas!!
                                   (12/05/1970)

LO QUE ME GUSTA

Madalenense, señores,
pa’ más: del Paraje “el Pino”
-viejo cruce de camino
del pago de mis mayores-;
soy surero -aunque hay mejores-
dende los pies al sombrero.
En cualquier rancho campero
comienzo a desensiyar,
y no sé hacerme rogar
si hay que versiar, aparcero.

Nací aya por la mitá
del siglo que va corriendo
y mi canto, va diciendo
de senciyés y amistá;
mi ranchito es la humildá
de mi vida de campero.
El trabajo es mi ladero
y el oservar es mi cencia,
porque se toma concencia
viendo lo que’s verdadero.

Me gusta ser un testigo
de las cosas campechanas,
y a caminar voy con ganas
montao en mi pingo amigo.
Entonces siento el abrigo
de que’l campo me rodea,
y despriendo la manea
que traba mi pensamiento;
voy silbando con el viento
mientras mi flete tranquea.

Es mi gusto el apreciar
lo que a mi costao ocurre,
y mi vista no se aburre,
tuito me gusta mirar:
ver el vacaje pastar
tranquilo junto a un arroyo,
el saludo de algún crioyo
que anda por otro potrero,
o el trabajo de un hornero
sacando barro de un hoyo.

Me gusta si están versiando
entreverar mi decir,
y las tabas sacudir
despacito, malambiando.
Me gusta de vez en cuando
ya yegada la ocasión,
priendérsele a un “pericón”,
un “triunfo”, una “hueya”, un “gato”…
Lindo es matiar largo rato
en derredor del fogón.

Y también en un fogón
me gusta el oír contar,
algún relato sin par
por un crioyo ya viejón.
Y aura, va mi saludón
en ésta, mi crioya mano,
que ya me reclama “el ruano”
relinchando en la tranquera,
les digo: “Hasta que Dios quiera,
con su licencia, paisanos”.

                                 (15/05/1970)