domingo, 25 de febrero de 2018

DESCANSO

Junto al rodar del molino
su quejosa melodía
lo va despidiendo al día
que se ricuesta, cansino;
da un volido y suelta un trino
sobre la torre, un zorzal,
coronando el servicial
esfuerzo del “pión de fierro”,
al que’n su estaquiao encierro
cualquier viento le da igual.

Cansao, se ricuesta el día
pa’ terminar su jornada
bajo una noche toldada
con briyante estreyería;
gana el tiempo la’rmonía
de un silencio melodioso,
taya de a poco el reposo
pero hay que parar la oreja
que saldrá la comadreja,
el zorro, ¡y hay fechoría!

En la sombra suspendida
que por el talar se’stiende,
suave el volido se tiende
de una lechuza alvertida;
y enseñando que la vida
tiene también otra cara
muestra en el cielo su clara
y plateada luz, la luna,
donosa como ninguna
que’n suave humildá se ampara.

Y ha de venirse el fogón,
algún charrusco y el mate,
y endispués, ¡el sosegate
de luz mala o lobizón!
Por áhi, cái en la ucasión
las mentas de una tropiada
o una tremenda topada
en aqueya pulpería…
que se presta más que’l día
la noche, pa’esas rumiadas.

Y dispués, en el recao
o sobre’l catre de tientos
haciendo a un costao los cuentos
lo rinde’l sueño al cansao.
Solo el fogón ha quedao
con un tizón parpadiando,
la gente está descansando
al dar la noche un parate,
que’s lindo tomando un mate
esperar que’sté clariando.
                                    (4/09/2001)
Carlos Raúl Risso E.