lunes, 29 de enero de 2018

CRUCES

Quizá, que’n esta altura en que los años pesan,
uno quisiera dirse sin mirar hacia’tras;
quizá, que’n esta’ltura en que los años suman
uno mira el futuro, uno mira adelante
…y no ve nada más…

Y ha de ser, mismamente, la razón apuntada
que al no ver adelante ni una estreya briyar,
pasa en un ridepente tuito el tiempo vivido,
tiembla el garrón del susto, se hace’l pecho tapera
…y uno güelve a cayar…

Pero… ¿podrá, Dios santo, ser cierta tal ventura…?
¿No se abrirá otro rumbo? ¿Será éste’l final?
Si es que tuito lo puedes con amor infinito,
un rato más cuartiame…no me dejés ansina…
dame un guiño cabal…

hay cruces que se cargan sin ser un “nazareno”
y unque no lo veamos sobre del lomo están,
entorpeciendo el tranco, demorando la marcha,
estibando el cansancio, emparvando miserias
…agriándonos el pan…

Y si a veces los años no son muchos ni tantos
por la cruz -y otras yerbas-, pueden mucho pesar,
y ñublando las vistas y secando la boca
nos borra el horizonte, el mañana nos niega
…y se dentra a dudar…

¿Puede’l hombre en desgracia resabiarse, y matrero
arremeter al mundo pa’ vengar ese mal…?
…como poder se puede… pero… ¿no habrá otro 
                                                                      (rumbo,
alguna rastriyada, una senda, una güeya
que haga dulce la sal…?

¡Válgamé los mayores que la vida me ha tráido!
y ese’jemplo curtido del ejuerzo tenaz;
¡válgame los valores que del gaucho he seguido!
pa’ yegar a esta’ltura que la vida me pesa
…no aguantando ya más…
                                                             (5/01/1996)
Carlos Raúl Risso E.

YUNTA


Merecida evocación por la yunta
aparcera de mis “juegos” gauchos

Al pingo “zaino” que se jué hace rato
y al “overo rosao”, también güen pingo,
aura en mi verso ricordar procuro
porque la vida trajinaron juntos
y hoy juntos andarán… otros caminos.

Como al amigo hay que yamar po’el nombre
pa’ bautizarlos -digo- de algún modo
yamé “Ciruja” al “zaino” -firme pelo-
y “Yamador” lo bauticé al “overo”
bonito pelo pa’ su estampa’e crioyo.

Ser marca de Espinel, de “Los Ombuses”,
acreditaba pues, la procedencia,
y eyos -que goluntarios siempre jueron
y nunca un trato acomodao tuvieron-
agrandaron, cumpliendo, aqueya menta.

¡Siempre tuve’n mi yunta una tropiya!
Por aguerridos, guapos y seguros
los preferí a los que’l patrón me daba.
(Como dijo Etchebarne en su versiada
cuando al mensual un canto le compuso).        

Era el “zaino” capaz -en tiro corto-
de arrimarle a mi cinto alguna plata:
especial pa’ las galas el “overo”
no vide otro, con sus galas, creo…
¡Si era pa’ mi esa yunta, un cacho’e Patria!

Y aura andarán los dos, pastiando el yuyo
del páis de los cabayos: “Trapalanda”.
(Tal me dijo un paisano, un viejo crioyo
que había gastao la vida entre los potros
y era siempre su hablar sentencia mansa).

¡Mis cabayos! Quién diría… También
digo como Osiris al recordarlos.
Que ha de haber un reencuentro, no lo dudo,
y áhi volveremos a la güeya, juntos:
el “zainito”, el “overo” y éste gaucho.
                                                           (31/08/1996)
Carlos Raúl Risso E.