lunes, 10 de enero de 2022

EN LA POSTA

 “…y ya pronto los espera

de la posta el tibio amparo…”, (*)

quizás el deseo más claro

de la ajetriada galera;

pero hoy la casa campera

está tranquila, no hay prisa,

denguna corneta avisa

va yegando un mayoral;

el campo es silent’erial

y está tuito como en misa.

 

Hay un mozo, que’l lomiyo

le’stá componiendo al flete

al que nada hay que lo inquiete

y mira el campo’e rabiyo;

la moza’e la casa, el triyo

marca, del mate que ceba,

y en él, seguro que abreva,

a más de calmar la sé,

ese algo que no se ve

pero al corazón subleva.

 

El corral de palo a pique

vacido está, sin yeguada,

y estraña la empalizada

de’se tropel, el repique;

justo es que a su lao ubique

a dos pingos ensiyao’;

y junto al rancho está echao

descansando su trajín

un perro bayo, mastín

cimarrón, que’stá acrioyao.


Es de otoño que va a invierno

el tiempo que’sta pasando

y hay tres crioyos platicando

seguros de su gobierno;

el que’nsiya, que no es tierno,

está pendiente’e la moza

-que’s servicial y donosa

canta el atavío prolijo-,

y anque anda en pata, de fijo

sabe usar botas vistosas.

  

Oservándolo al que’nsiya

se ve un lomiyo vistoso

y el repujao primoroso

resalta de oriya a oriya;

en la acionera senciya

priende la juerte’stribera

y sobre un tonel espera

cojiniyo y sobrepuesto

porque’l paisano echa el resto

en su aperada surera.

 

 Tiene la posta un respiro,

tranquila, sin apurones:

ni ensiyan los postiyones

ni se revisan los tiros;

no hay de viajeras suspiros

ni rezonga un pasajero...

ya golverá el entrevero

y habrá que apretarse’l gorro

¡Qué la posta es un socorro

cuando el camino es muy fiero!

                  La Plata, 10/Enero/2022

(*) de “Galera de Mauro Gómez” 


Versos de Carlos Raúl Risso