martes, 30 de octubre de 2012

TRÍPTICO GAUCHO A UN AMOR CORRESPONDIDO

Tranco 1


Le viá cantar -ya sabe-, como pueda,

pero ha de ser pa’usté, todo mi canto

que anque no soy zorzal, de tanto en tanto,

entretejo una endecha que la enrieda.


Ya no me siento potro. Nada queda

del ansia salvajona que’ra encanto

de hacer jareta las cruces del quebranto

y echar corriendo, el dos, cuando se rueda.


Me ha sosegao… su cara… su figura,

lo dulce de sus ojos, la mirada,

y ese andar cimbriador de tal lindura.


Ya ve… m’he arrocinao… como si nada.

¡Si me tiene embramao con la ternura

de’sa su donosura inmaculada!

Tranco 2

¿Ve usté mi “moro”, la que ayá me’spera…?

Pues sepa que dende aura es “su patrona”,

la moza vivaracha y querendona

que ha de yenarlo ‘e mimos, salamera.


Se me hace ya que a la potranca overa

los cueros l’he de echar, porque’s lindona

y ha de ser “la de andar” de la Ramona,

diabla pa’ enhorquetarse, ¡muy campera!


Ya falta poco pa’ entibiar la cuja

y hacer crujir los güesos, de cariño,

sabiendo que’s amor lo que se’struja.


Si hay un amanecer al que me ciño,

hay un mañana que a soñar me’mpuja

y habrá futuro… que será pa’ un niño.

Tranco 3

Este’s su rancho “Niña”, el que le dije

qu’he levantao feliz, sin que me cueste,

ande tan solo falta que usté apueste

ese don de mujer, que a más la esije.


Pa’ que su fina mano lo emprolije

al frente, le puntié la tierra agreste

pa’ que’n flores de rosas y celeste

tenga un cantero que la regocije.


(Y así pasó nomás. Tal lo refiero.

Vide’l jardín… y el rancho florecido

y al “moro” abichocarse’n el potrero.


Tuvo el patrón, tropiya pa’ un envido;

eya tuvo seis hijos, seis ¡te quiero!

¡Un puro y crioyo amor correspondido! )

                                                                       (6/09/2012)

lunes, 22 de octubre de 2012

A LUIS MARÍA LAURENCENA


A la memoria del querido “Vasco” que falleciera en 1978

Como un tizón trasfoguero
que se consume en su brasa,
se me apagó tu crioyaza
presencia de compañero.
Te había pialao lo campero,
te había amadrinao la tierra,
con la beyeza que’ncierra
nuestra costumbre paisana,
pero en edá muy temprana
el destino te destierra.

Solo una cosa segura
hay una vez que nacemos,
y es que algún día rumbiaremos
de’ste pago, a otra yanura.
En tus amigos perdura
tu imagen, “Vasco” güenazo.
Jue cimbrón de todo el lazo
que hace temblequiar la mano
saber que siendo temprano
se avecinaba tu ocaso.

Será que pa’ndar camino
hacía falta algún resero,
¡y que mejor que un surero
pa’ repechar el destino!
Mirá hermano, solo atino
a decirte con voz plena,
que anque tu ausencia me apena,
mientras esista un fogón,
latirá tu corazón
¡Luis María Laurencena!
                                        (18/02/1980)

lunes, 1 de octubre de 2012

A UN CRIOYO VIEJO

Güen domador y resero
Nicanor Mauro Galván,
de’sos hombres que se dan
no en tuitos los entreveros.
De una sola pieza, entero;
como criollo: ¡servicial!
Se me hace que del corral
por la tranquera lo veo…
y m’eriza un cosquiyeo
con su ricuerdo cabal.

Chiripá bayo listao
y un saquito corralera,
su indumentaria campera
con resabios del pasao.
Un sombrero requintao
sujetaba su melena,
una daga de las güena’
le hacía cruz en la cintura;
botas negras, caña dura,
y la mirada serena.

Ni bien despuntaba el día
-dispués de cimarroniar-,
el rancho solía dejar
y al rato nomás golvía.
Con un pingo se venía
como pa’ tenerlo a mano,
costumbre de’se paisano
que nunca amansó a palenque
y no abusó del rebenque
pa’ sacar un pingo sano.

Que había sido montonero
se sabía comentar,
mas él, nunca quiso hablar
de aqueyos tiempos primeros;
pero en cambio ponía esmero
pa’ dar un sano consejo,
ya que había yegao a viejo
y el domar era su cencia,
nos volcaba la esperencia
de crioyo sabio y parejo.

Con ochenta inviernos largos
echó el último suspiro,
sobre el talón hizo un giro
y jue a cumplir… “ese” encargo.
Pa’ mi jue un momento amargo
el que tuve que pasar,
y hoy lo suelo ricordar
con mi respeto mayor,
al resero y domador
Nicanor Mauro Galván.
                          (31/01/1976)