martes, 26 de diciembre de 2023

CAVILANDO

 Sobre una treve petiza

se recorta la figura

de una pava que’stá oscura

porque’l tizne la tapiza;

una brasa se eterniza

en tímido parpadeo;

el cielo se pone feo

por un nubarrón que avanza,

en eso que oír se alcanza

de un cencerro el tintineo.

 

La quietú gana las casa’,

los corrales, los galpones,

y hasta en el rancho’e los piones

el silencio s’entrelaza;

aletea una torcaza

que se acomoda en la rama,

mientras la luna derrama

su última luz de seda,

porque’l nubarrón la enrieda

en l’oscuro de su trama.

 

De la puerta en l‘abertura

parao, entre la penumbra,      

veo el latigazo que alumbra

de un rejucilo en la altura.

Me güelvo y la cebadura

un poco al mate compongo

y en eso que me dispongo

a revivir unas brasas,

cáin unas gotas machazas

y un trueno suelta el rezongo.

 

Con el fogón ya dispuesto

pa’ tener agua caliente

yo acomodo mi priesente

en un banquito modesto;

sigue’l agua y por supuesto

siembra de charcos el suelo,

a la par que trái consuelo

pa’ la falta de mi sueño,

que’n conseguir no m’empeño

por meditar… mi desvelo.

                                   (8/03/1982)

 

Versos de Carlos Raúl Risso

sábado, 23 de diciembre de 2023

CON MI DESTINO POR TROPA

 Corría el año 1970. Era de noche, dormía.

De pronto me despierto, escribo lo que sigue,

y continué durmiendo. Tenía 18 años.

 Arriando gris nubarrones

de pensamientos trenzao’,

voy oriyando un bañao…

mirando mis ilusiones;

como en otras ucasiones

echo por delante sueños,

mientras no aparezca el dueño

que corte mi reseriada,

va mi tropiya entablada

con pingos de mucho genio.

 

De zaino u oscuro pelo

es mi tropiya seguro,

pelo bayo, no es, lo juro

pues pa’ mi no hay bayo pelo;

del brazo del desconsuelo

siempre tendré que marchar,

y en vez del cielo mirar

el suelo miraré, creo…

Si no se empaca el arreo

mucho tendré pa’ pensar.

 

De tropa con mi destino

voy caminando distancia,

luciendo opaca elegancia

por la tierra del camino;

dispacio como va el vino

al ir dejando la copa,

sombra oscura que me topa

cuando salgo a reseriar,

tener siempre que lidiar

¡con mi destino por tropa!

                              (07/05/1970)

Versos de Carlos Raúl Risso

DESUNIÓN

 Pensado para hacer un ‘triste’

 

Mirá mi china, se apaga

el candil que nos alumbra

y a trasformarse en penumbra

nuestro amor de ayer, amaga,

y antes de que se deshaga

por las malas nuestra unión

yo quisiera en la ucasión

alzar mis pilchas y dirme,

y que’l tiempo nos confirme

si es justa la decisión.

 

Yo ensiyo mi malacara

y salgo con la tropiya…

Que la cosa sea senciya

y la cuentan quede clara.

Te dejo el rancho que alzara

ayer, contento y dichoso.

Y anque hoy me sienta achacoso

y vos no seas la que juiste,

te dejo mi adiós más triste

mientras me voy pesaroso.

                                   (23/09/1982)

Versos de Carlos Raúl Risso

miércoles, 25 de octubre de 2023

LES VIÁ CONTAR

 Escampa; se limpia el cielo;

el sol amaga un derroche

tendiendo un manto a la noche

que cobijó mi desvelo.

Un hornerito en su güelo

corteja a la compañera.

Tiendo la mirada’juera

como pa’ ver más mejor

y veo en el campo un color

que despunta a primavera.

 

Me corro bajo el alero,

miro el burro y el recao

que al reparito han estao

mientras tayó el aguacero;

me asomo pa’l lao trasero

ande se ve la cañada

con la briyantez platiada

del agua de por si mucha,

y el parloteo se’scucha

de las aves en bandada.

 

Dos o tres garcitas moras

pasan por arriba’el rancho

y del gran tala, un carancho,

alza güelo sin demora.

Veo moverse las totoras

y es que áhi anda la tropiya,

viene costiando la oriya

de la cañada qu’he dicho

pa’l albardón de los bichos

que puebla el cardo castiya.

 

Pronto espero, ensiyaré

como lo hice dende chico,

pero aurita bien me’splico

que barata la saqué;

el pingo rodó y se jue

pa’l cielo de los cabayos,

yo… almariao, hice un ensayo

de pararme y jue fierazo:

estaba quebrao el brazo

y del dolor me desmayo.

 

¿Cuánto tiempo quedé ansí…?

No lo supe ni sabré,

y en cuanto me disperté

con la faja me asistí,

al brazo lo alcé y salí

y al trecho de caminar,

en complicao avanzar

con dificultá creciente

me vio el puestero de’nfrente

¡y aura lo puedo contar!

                           La Plata, 25/Octubre/2023

 Versos de Carlos Raúl Risso

jueves, 12 de octubre de 2023

LA DAGA ESCONDIDA



 Mi padre era chicuelón

ayá por los años treinta

y ya estaba, saque cuenta,

escondido este facón

en el alero gauchón

ande se cruzan dos chapa’,

casa en qu’endimás, de yapa,

las armas no eran bien vistas…

Mas nunca tuve una pista

si era de persona guapa.

 

¿Quién lo escondió? No se sabe.

¿Por qué motivo…? Tampoco.

Al tiempo pasao evoco

y malicio un hecho grave.

No es que tal cosa yo alabe,

pero me intriga en verdá

conocer la rialidá

y saber quién lo escondió.

¿Familiar? No creo, no.

¿Un conocido?, quizá.

 

La vaina, del lao de atrás,

tiene un corte de’sprofeso

y está mostrando con eso

una agarradera más;

no era cualquier cachafaz

el que terció en su cintura

daga tal, de’mpuñadura

de antiguo cabo de plata;

si alardiaba su bravata

carculo, no habría flojura.

 

Cincuenta años por lo menos

durmió oculto su destino,

y que va por mi camino

hace otros cuarenta plenos.

Con aceros de los güenos

está su hoja bien templada

y a su vaina descarnada

de senciya y negra suela,

la visitó la gaucha escuela

de Ameghino, de Ensenada.

 

Un cumpa “veinticinqueño”

me torió pa’ que algo escriba

y acá está la historia viva

del ‘fierro’ de que soy dueño,

pero anque aura ponga empeño

ya no encontraré un testigo

pa’clararme lo que digo

de su dueño misterioso

que la verdá a su reposo

se yevó y duerme a su abrigo.

                               (11/10/2023)


martes, 8 de agosto de 2023

LAURIANO

 “Mire, Lauriano no está,

se marchó atrás de una tropa

con una muda de ropa

que’l viaje, largo será;

dijo: <Tres meses… quizá

tardemo’en yegar a Cuyo,

al trabajo no rehuyo

y me dará güenos pesos…>

Lo despedí con un beso

y pensé: ¡Diosito es tuyo!”

 

Güeno, dispense, señora,

inoraba lo del viaje,

pero sepa que le traje

algo que le’ntrego ahora;

supo asistir sin demora

cuando yo andaba empeñao

porque’n la feria, quebrao

quedé en una costalada

y sin trabajar pa’ nada

un tiempo estuve baldao.

 

Diba a vender la tropiya

que’s herramienta’e trabajo

y áhi Lauriano jue badajo

con un tañido que briya:

“Ya te priendo la presiya

de mi lazo, pa’ una cuarta,

que si mi amistá te’nsarta

a mi me’nsarta la tuya,

ansí que sin mucha buya

quiero estos riales compartas”.

 

Ayer vendí unos noviyos

y por eso ando chaludo

y bien sé, y pa’ nada dudo

que’s como mío tu bolsiyo;

que no resuene’l martiyo

tu tropiya, rematando,

el tiempo ha de dir cambiando

y el agua volverá’l cauce,

tu vida tendrá otro realce

y t’he de ver trabajando”.

 

Patrona ansina ya sabe

el por qué de mi visita,

y sepa, si necesita

que’stoy a su orden, si cabe.

Guarde’sta plata sin yave

y uselá si viene al caso.

Ya he de golver pa’l abrazo

cuando retorne’l paisano,

ese aparcero Lauriano

que supo asirme’n su lazo.

                         (07/08/2023)

 Carlos Raúl Risso E.-

viernes, 16 de junio de 2023

EL MORO CRIOYO

 1

-Cáido y muy tristón andaba

y hasta el cuajo atribulao

porque a mi “Moro” mentao

el moquiyo se yevaba.

¡Suerte perra!, lamentaba…

Jui  al boliche con dolor

y aunque no soy tomador

áhi nomás la suerte quiso

hayar al amigo Risso

atracao al mostrador.

 2

-Don Rojo jui anoticiao

que a su “Moro” superior

un moquiyo de lo pior

se lo había güelto finao.

¡Gran pu… cha! dije amoscao,

animal hecho a la güeya.

¿Ricuerda la fiesta aqueya

ayá en el campo “El Cencerro”…?

Parecía el “Moro” de Fierro:

un pingo pa’ una epopeya!

 3

-Era un pingo superior

que me colmó de alegría

en cuanta yerra que había

jue alabanciao por mejor;

pa’ la güeya, tranquiador

y sin contar la distancia.

Era marca de una estancia

de los Pagos del Luján,

cabañas que crioyos dan

de muy gayarda prestancia.

 4

-Endivino en lo que dice

que’ra de sangre genuina

que’n “La República”, ansina

la raza crioya bendice;

de’sos pingos con narice’

 como hornayas, pa’ ventiar,

de’sos que pa’ galopiar

solo saben pedir rienda…

Sin que ninguno se ofienda:

¿qué gringo lo ha de empardar?

 5

-Yo se lo compré a un paisano

que’n mi amistá se prolonga

bien yamao don Carlos Gronda,

pa’ los pelajes, baquiano.

Cuando nos dimos la mano

el flete me encomendó:

“Con esmero cuideló

le pido amigazo Rojo,

y si lo esije, ¡a su antojo

como el viento corraló!”

 6

-Lo ricuerdo al hombre aquel

del lao de la Punta’e Lara

el que tan lindo ensiyara

siendo del pasao muy fiel;

muy “rosista” su cartel

y güen gaucho hasta el tutano;

le digo, no sabía hermano

que de él había sido el “Moro”

que jué pa’ su honra un tesoro

que solo aprecia el paisano.

 7

-Ansina es amigo Risso,

son las cuitas de la vida,

pérdida demás sentida

me ha castigao contra el piso.

Y si es qu’el destino quiso

que hoy aquí nos encontremos,

por el “Moro” brindaremos,

su ricuerdo se celebra

¡y otra güelta de giñebra

al pulpero pediremos!

                               (14/03/2023)        

Versos de: Luis Alberto Rojo y Carlos Raúl Risso 

miércoles, 7 de junio de 2023

ENCUENTRO

 Dende’l lomo del gatiao

lo que viá oservando al frente

por las señas, es prudente

que sea el lugar indicao.

Dice en su carta Alvarao:

“…dispués que cruce’l arroyo

ya no hayará más escoyo

que un monte de cina-cina

que como usté va, termina

en un ombú viejo y crioyo;

 

áhi vuelque pa’l lao del lazo

que hayará una’ngosta senda,

a su montao dele rienda

que lo espero pa’ un abrazo.”

Y como que paso a paso

seguí el rumbo a cada dato

se me antoja que’s sensato

pensar que lo que diviso,

es el rancho de chorizo

que dice ha’lzao hace rato.

 

Es cierto. Que no le’he’rrao

y a juzgar lo que apreceo

bajo el alero lo veo

mirar fijo pa’ este lao;

diez años son un puñao

por eso me desconoce,

quieto en su quebrada pose

atiende cada detaye

pero dude un rastro le haye

que a estos pingos no conoce.


Aura sí, ya me sacó,

¡si sacude la cabeza!

y el cambio de pose espresa

que hasta un tanto se alegró.

Al tranco me ayego yo

y al decirle: ¡Ave María!,

“-Su casa es la casa mía,

eche pie a tierra nomás”

me risponde, y pa’ que más?

¡el abrazo se venía!

 

“-Desensiye y suelte, don,

pa’quel lao andan mis bayos,

¡tanto mirar sus cabayos

y no cáiba en la eleción!,

hasta que presté atención

a la forma de’stribar

y a ese sombrero sin par

que usa como debe usarse,

y áhi me dije: ¡si es Luis Arce

que me viene a visitar!”

 

-No menos de un año hará

que recebí su mesiva

pero el tiempo, viento arriba

sin detenerse, se va;

claro que mi goluntá

dentró a paletiar el viaje;

no era’rmarse de coraje

pero si hayar el momento,

ya vé… me vine de intento

como chasque con mensaje!


“-¿Ande agenció ese gatiao

animal tan aparente…?,

se ve que’s muy obediente

lo que’s decir ¡bien domao!”

-¿Usté ricuerda, Alvarao,

a un tal Higinio Avelino?,

somos un tanto vecino’

y por un zaino ligero

que’l piensa hacer parejero,

un trueque, al fin, se convino.


Y digo yo: aquerenciao

ya no güelve al viejo pago…?

“-Más de una vez hice amago

de golver, y entusiasmao

tuve tuito prieparao

como quien mide la carga

pero… hay una historia’marga

ayá, que ganas me quita

en fin… que anduve cerquita

y no entré a la güeya larga.


Pero deje a mi cuestión

que un manso’lvido la acoja

que’s más mejor si lo moja

al garguero, el cimarrón;

hagamos rueda al fogón

que habrá mucho de que hablar.

¡Que alegrón me vino a dar

y que gusto el recebirlo!”

-Y pa’ mi, ¡qué gusto oírlo

endispués, algo cantar!

                             (2/02/1996)

Versos de Carlos Raúl Risso E.-