martes, 12 de noviembre de 2013

BRASA'E PUCHO

 12/05/1992, en el 71 aniversario del natalicio de mi padre

Amolao de las retinas
me voy quedando de a poco
y he de andar medio bichoco
en horas que’stán vecinas;
pues… quedaré en las cocinas
como pa’lgún relanceo
que anque’s poco lo que veo
‘tando los ojos ñublao,
mirar… mira el del costao
a juzgar lo que apreceo.

Y en verdá se ve destinto
cuando mirar se procura
…que se ve cada lindura
que ni con palabras pinto!
Por costumbre le requinto
el ala gacha’l sombrero,
y mirando pa’l potrero
devisando, como en antes,
se vienen a mi arrogantes
las andanzas de campero.

Y golviendo pa’l fogón
ande está el mate’nsiyao,
rumbeo en el encordao
los sones de un pericón,
me hace buya el corazón
y hay un flamiar de bandera
yenándome la moyera
patriótico regocijo
de “Fiestas Maya”, colijo,
que’n el poblao, antes viera.

¡Santo Dios… p’ande rumbió
mi pensamiento matrero!
(Ganó el campo y a lo tero
ande vido algo, gritó)
Pero… ¡tá que lo tiró!,
¡que ganas de cavilar!
si anque mermao el mirar
aún me doy maña pa’ mucho.
(Soy como brasa de pucho
que’s poco, y sabe briyar…).

miércoles, 6 de noviembre de 2013

DEL CAMINO

¡Ta que’s lindo galopiar
libre, siguiendo el camino!
con un chiflido por trino
que a poco se hace cantar;
y más si hay un escarciar
del pingo pidiendo rienda
como diciendo que atienda
a su istinto de animal,
mientras que’l camino rial
-lejos- se angosta y es senda.

Tiendo la vista adelante
y el camino, manso y quieto,
me va diciendo -interpreto-
de que lo siga campante.
Por áhi se’sconde, ondulante,
o se agacha’tras de un monte,
o se cuelga’l horizonte
pa’ que lo pierda de vista…
mas, ande’n buscarlo insista
reaparece’n un apronte.

Y ese camino que asoma
como quieto y silencioso,
está yeno de alborozo
dende’l bajo hasta la loma:
tiene arruyos de paloma
en cina-cinas y talas,
rumor de haciendas bagualas
de mil tropas que han pasao,
y el chirriar seco y cansao
que’n las carretas se istala.

Hay retintín de cencerros
de tropiyas andadoras
y atropeyadas sonoras
junto a ladridos de perros;
cantos de griyos de fierros
que dejó alguna coscoja,
y hasta escuchar se me antoja
el rodar de una galera
con la corneta campera
que un seco sonido arroja.

¡Cuántas voces, el camino,
resguarda como un tesoro!:
“¡juera!, ¡tropa!, ¡güeya toro!”,
o un silbido largo y fino;
guarda el repique genuino
del galope, en el verano,
y el chapaleo en el pantano
que’l invierno hace’n el bajo,
como que guarda, barajo
charlas de un rial bien paisano.

Mas yo sigo por la güeya
atento al silencio que habla
mientras la sesera entabla
los rumores que hay en eya.
Y dispuesto a echar la peya
bien montao y con güen tino,
voy a seguir el camino
seguro qu’he de yegar
pande me quiera yevar
el rumbo de mi destino.
                                     (20/03/1994)

viernes, 1 de noviembre de 2013

LOS ESTRIBOS REGALAO

Agradecido, a Roberto Calvo

¡Si usté supiera, patrón,
con cuanto lujo y orguyo
uso los estribos suyo’
…si es pa’ mi una distinción!
Los miro con atención,
y me parece mentira
cuando un reflejo se’stira
sobre su caña lustrosa…
¡Si el recao es otra cosa
y el mesmo pingo se almira!

Los vio en mi rancho un paisano
-un aparcero del rumbo-
Y dijo en tono profundo:
“-¡Qué prenda se ha echao, hermano!
Pa’ más, no son orejano’,
si están todito seyao
con ese escudo mentao
que le sirve de control:
compadre, son marca “Sol”,
¡qué lindo osequio le han dao!”

Les viá cambiar la estribera
ya que usté’n el escritorio
cuando me dio el envoltorio
me pidió que ansí lo hiciera,
pues asigún dijo, era
mucho el tiempo que yevaban
en esa paré’n que estaban
como un adorno campero,
y que al resecarse el cuero
poca vida le quedaban.

Son de linda embocadura
-entra bien la punta’el pie-
y por el grabao se ve
que son de antigua fatura;
no serán de plata pura
pero si de güeña‘lpaca
y en sus cañas se destaca
-por el uso algo gastao-
de las bombas, el labrao
que de lo común lo saca.

El sábado a más tardar,
las estriberas le saco
y a’hacer las nuevas me atraco
pa’ usarlos sin tutubiar.
Hoy los puse al ensiyar
pa’ medirlos al recao,
y aura que’stoy entonao
a decirle’n rima acierto:
¡le agradezco Don Roberto
los estribos que me ha dao!

                                       (2/06/1992)