lunes, 7 de abril de 2014

DEJÁ QUE HABLEN...

A los que hablando de ayer
al gaucho le dicen “vago”,
a fondo y de punta amago
p’hacerlos retroceder;
y si es que quieren golver
con sus embustes machazos,
pongo el pecho, y un hachazo
saco y anuncio clarito;
mas como matar no almito
seco, acomodo un planazo.

Hasta parece mentira
que haya espíritus funestos
que viven, echando el resto!
si es que algo gaucho suspira;
podrán a mi cuero, en tiras
sacar pa’ garras cualquiera’
que no hayarán la manera
de hacerme ver lo contrario,
¡y si el gaucho jue corsario
soy corsario a mi manera!

Hay voces que cada tanto
sueltan ciertos señorones
dende apoltronao siyones
con tono por demás santo,
inician que’s un encanto
el curso’e su relación
pero al poco rato son
sus ejemplos, increíbles!,
y hasta resultan risibles
los gauchos de su creación.

Dicen gaucho, y pareciera
que lo que  su pluma pinta
aguada tiene la tinta
y áhi el trazo se’ntrevera:
me le cambian la manera
y las costumbres también,
enancándolo al vaivén
de un sentir indefinido
¡olvidándose que ha sido
de la libertá, un sostén!

¡Gaucho! patrón sin estancia.
¡Gaucho! señor de un destino.
Supo este suelo argentino
del peso de tu prestancia.
Nunca esistió la distancia
que tu horizonte achicara
y bien se curtió tu cara
a soles, vientos y fríos,
en la paz, o en los bravíos
momentos de la tacuara.

Nunca te importó la plata
¿pa’ qué? ¿pa’ comprar qué cosa?
Si ésta tu tierra grandiosa
tenía su cultura innata.
Y unque puso el que arrebata
las regla’y la condición
seguistes el rumbo al son
del badajo de tu pecho,
teniendo el cielo por techo
y templao el corazón.

Dejalos, gaucho, que digan
”su historia” hasta que se aburran,
que habrá un día en que recurran
al saber del que hoy castigan.
Sepan que jamás lo obligan
por más de que doble’l lomo;
que hay noche, hasta que hace asomo
el sol, de mostrar ¡un rayo!.
Ya de haber un justo fayo
y la verdá… cairá a plomo!
                                           (7/10/1996)