lunes, 14 de enero de 2013

VISITANDO A UN AMIGO


Yegué al campo “Los Ombúses”
redomoniando un “lobuno”
y al recebirme Don Bruno,
hacer un alto dispuse.
A desensiyar me puse
medio al costao de un arbusto,
pa’ mi pingo venía justo
un respiro, aunque liviano;
y saludarlo al paisano
era pa’ mi un lindo gusto.

Ricordando tiempos idos
cuando en su estancia pioné
y unos “bayos” le amansé,
hablamos largo y tendido;
¡ta que pingos aguerridos!
aqueyos me resultaron.
Uno a uno beyaquiaron
demostrando ser salvajes,
pero… a juerza de coraje…
de a poco se m’entregaron.

También mencionó Don Bruno
la noche que una tormenta
desatándose violenta
empezó a’rriar los vacunos.
Esa jue noche de ayunos,
lo mesmo que’l día siguiente.
Anduvo tuita la gente
tras de la hacienda, lidiando,
y mucho agua chapaliando
con ese tiempo inclemente.

Entre mates y ocurridos
un par de horas matisamos.
Luego, al palenque rumbiamos
conversando entretenidos.
Pegó el pingo unos bufidos
cuando levanté el recao,
yo lo ensiyé con cuidao
y aunque puso el lo duro,
lo monté estando seguro
que áhi se quedaría parao.

Tal cual mi presentimiento
ni se movió el redomón,
y al hombre, un juerte apretón
de manos le dí al momento.
Por la visita contento
quedaba el crioyo Don Bruno.
Pa’ cuando lo crea oportuno
me ofreció que regresara,
y de paso le mostrara
hecho cabayo, al lobuno.
                                         (20/06/1977)

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