miércoles, 23 de enero de 2013

DÍA DE YUVIA


Cái la yuvia acompasada
sobre estos campos de Dios,
y el murmuyo de su voz
enternece la mirada,
que ansí recorre pausada
la extensión que va cambiando,
pa’ entonces ir divisando
ansí… silenciosamente…
los mil secretos vivientes
del suelo que estoy pisando.

Solo yega hasta mi oido
de las gota’el malambiar,
en las chapas al golpiar
sobre mi rancho dormido;
no se oye ningún ladrido
tuito en silencio ha quedao,
hasta los tero’ han cayao
al igual que los chajá’,
y solo “don sapo” está
cantando desentonao.

Un perrito acurrucao
que’staba bajo el alero,
va gimiendo lastimero
ha echarse sobre’l recao;
la luna no se ha’somao
pa’evitar la mojadura,
y la hacienda en la negrura
ayá sobre’l albardón,
le da el anca al chaparrón
bendición de la yanura.

El nochero reparao
tras una fila’e’ucalito’,
vino a quedarse quietito
con el cogote estirao,
las oreja’ha’gachao
mientras le lava su pelo
el agua, que sin recelo
forma charcos sin apuro,
y es una mancha en lo’scuro
bajo un renegrido cielo.

La yuvia cuasi paró
cuando dentraba a clariar,
y alguien que’stá por matiar
el fuego ya preparó,
mientras que afuera entonó
su melodía el hornero,
los piones y algún boyero
se alistan pa’ trabajar
preparaos pa’ chapaliar
los charcos del aguacero.
                                       (09/05/1970)

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