domingo, 30 de diciembre de 2018

TORMENTÓN

por la fuerte tormenta desatada a las 2.30 de la madrugada del 30/12/18

La negra comba del cielo
jué presagio’e batifondo
y rompió un trueno en redondo
los nubarrones de un pelo,
-de un relámpago el desvelo
había anunciao la junción-,
y se soltó un chaparrón
como p’ahugar a la tierra…
¡Amalaya… la gran perra,
qué tristura y desazón!

Como a baldazos se oía
que se descargaba el agua
queriendo apagar la fragua
que había tayao tuito el día;
un juerte viento corría
como arriando la calor
y a lo lejos el fragor
de un trueno tras otro diba
anunciando de que arriba
la cosa estaba pa’ pior.

Al pronto, dispués de un rayo
que alumbró por un segundo
s’hizo un silencio projundo
y amainó, como detayo:
se alzó el viento de soslayo
y pa’ otros pagos rumbió,
el agua se serenó,
s’hizo el chaparrón garúa,
y unque liso continúa,
lo pior -pienso-, ya pasó.

Se jue’scurriendo la noche
y cuando amagaba el día
con la primer luz se vía
que’l viento tayó a derroche:
al tala l’hizo un desmoche
que amontonó contra el pozo,
que se’ncuentra pesarozo
porque le ladió el crucero
y en las chapas del chiquero
dejó enroscao un destrozo.

El arroyo es un espejo
yenito de oriya a oriya
y el agua del bañao briya
limpita, a puro reflejo.
El tormentón se jué lejo’
tras de su azote brutal,
cruel pa’l hombre o animal
cuando desata su embate,
pero aura… templando el mate
¡soy capataz de mi rial!
                               (30/12/2018)
Carlos Raúl Risso E.-

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