domingo, 23 de septiembre de 2012

VIENTO


A José Mayo (P.e.P.e.) Cipolla
 Trajina a su antojo castigando el viento
zamarriando aromos, sacudiendo acacias,
hamacando talas… ¡Si a las cina-cinas
hasta el mesmo suelo, por áhi, las agacha!

¡Prepotente, el taura soplador sin asco!
¡Mandón sin recules, pa’ cumplir su gusto!
Si de puro macho, nomás, de un soplido
en los bañao’ tumba las mata de junco.

Hoy de tardecita, al golver pa’l rancho,
comenzaba a’lzarse de su nido oculto
y arriando unas nubes blancuzcas que había,
dejó el cielo limpio, que a poco, jue oscuro.

¡Malaya, po’el pobre que hoy tienda en el raso
las matras y el basto pa’mansar un sueño!
¡Si ni en un bendito hayarán riparo
los crioyos que deban tender bajo el cielo!

¡Gran siete! ¡Barajo, que’s taimao el viento!
Vi a los pastos puna tenderse en la tierra,
doblarse vencidos ante su prepiada
como quien se postra pa’ pedir clemencia.

Pero son ansina, de puro sufridos
estos pastos puna de’stos campos pobres,
y en cuantito acabe su soplo el Pampero,
dispacio, sin ruido… se levantan nobles.

Son como esos pobres que aguantan a veces
injusticias varias, pa’ ganar sus riales,
bajando los ojos, cerrando las manos,
pa’ que ayá en su nido no se gane l’hambre.

Y güeno… ¡que diantres! Yo adentro del rancho
tengo mi riparo, mi fogón, mis cueros,
y anque vivo solo… no criban mis carnes
las chuzas filosas que enarbola el viento.

Ya la noche taya con sombra en las sombras
y aquí al lao del fuego de mi fogón crioyo
me tiendo en el catre, con matras me cubro,
mientras topa el viento, mi rancho, a lo toro.

Que siga ese maula con su prepotencia
gastando sus juerzas, cansando su empuje,
que elegí yo mesmo cumbrera y horcones
porque hacerlo juerte ¡muy juerte! dispuse.

¡Pobre las cachirlas, pobres los chingolos,
los jilgueros, mistos, torcazas y horneros!
Es cierto que’s sabia la madre natura
pero igual es cierto que la pasan fiero.

Ya está y no hay rimedio. Que siga silbando
solitario el viento su pesar antiguo,
que no hay mal pa’ siempre pues tuito se acaba,
y este viento taura… ¡ya será suspiro!
                                                        (2/05/1981)

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