sábado, 18 de agosto de 2012

QUERENCIA

Mi viejo pago costero...
Pa’ más: ¡un pago paisano!
Le viene de muy lejano
el renombre de campero.
En mi gaucho verso espero
poder brindarle un halago,
y cuando un ricuerdo amago
pa’ principiar con la historia,
chisporrotea en mi memoria
ese fogón que no apago.

A oriya de’se fogón
ande defila la vida
tiemplo la cuerda sentida
de mi humano diapasón.
Y al hacer la rilación
de lo que ayer ha pasao,
de lo que dejó mentao
Tata y enantes mi agüelo,
siento que sobre este suelo
uno está como plantao.

Porque si han quedao de herencia
sus huesos en esta tierra;
porque si este suelo encierra
tanta patriarcal presencia;
que habrá de ser mi querencia
eso, mi pago, ¡no dude!
Y endemientras aire ayude
mi garguero a respirar,
disculpe... que al rilatar
en historias lo desnude.

¿Cómo no hablar del paraje
que se ha gatiao de gurí?
¿Cómo no decir que si
a la historia del linaje?
¿Cómo olvidar tanto viaje
y noches durmiendo al raso?
Si este pago es un pedazo
de patria bañao de gloria
¡y al dentrar a hacer memoria
cuasi se siente su abrazo!

Carculo que había mejores
p’hacer este relanceo
pero al fin de cuentas, creo
que no seré de los piores.
Habrá quien tenga mejores
pagos pa’ su preferencia,
cada cual tendrá su cencia
y eso en verdá no me apena.
¿El mío...? ¡La Madalena!
Por Patria chica y querencia.
                                                                           (10/051983)

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