domingo, 25 de septiembre de 2011

ENTRE MATE Y MATE

Cuando uno güelve cansao
dispués del trajín del día,
despabila y da alegría
encontrarse agasajao.
Yo no había desensiyao
cuando ya mi prienda estaba
al lao mío y me alcanzaba
-a más de un beso sabroso-
el mate amargo espumoso
que mi garguero esperaba.

Su donosura paisana,
su gentileza sincera,
dan a la oración campera
una calma soberana…
Y mientras el rancho gana
mi moza, por otro amargo,
el tostao, al campo largo
con el lomo bien bañao,
y levantando el recao
con las demás pilchas salgo.

Dejo tuito sobre’l banco
que’stá bajo del alero
y pa’ galantiar campero
a un verso florido enanco;
dos filas de dientes blancos
sonríen a mi remate:
hay un abrazo, un –“¡parate!”
Un “te quiero”… “¡Mentiroso!”
…y al chasquiar un beso ansioso
¡al suelo… va a dar el mate!
(16/12/1981)

No hay comentarios:

Publicar un comentario