jueves, 4 de agosto de 2011

EL PAGO

En mi sangre hay sangre pampa
ya ni ricuerdo de quién,
más tuitos los que me ven
la aprecean en mi estampa;
mi vida en la zona acampa
hace ya muchos inviernos,
dende mis años más tiernos
a estos, los más bichocos...
¡que si aura me quedan pocos
quiero acá el descanso eterno!

Tanto mama como tata
nacieron por esta tierra,
la que’n el descanso encierra
sigún mi cencia rescata
-de un tiempo que no se data
pero que esiste en las mentas-
a tuitas las osamentas
de agüelos ¡y más que agüelos!,
los que han engordao el suelo
ande este pago se asienta.

Y si aura estoy pa’ criar grasa
como pa’ cebo de vela,
la vida antaño, jue escuela
que me enseñó sin mordaza,
y como crioyo de raza
¡a cabayo me eduqué!:
de postiyón principié,
dispué, jui pión de un carrero,
también anduve ‘e resero
y en algún caso amansé.

Y ansí al andar de la vida
el del lao zurdo del pecho
se me puso un día al acecho
¡y áhi se acabó mi partida!:
me acoyaré deseguida
a una crioya querendona,
y asosegué mi persona
conchabao como puestero,
en campos de un estanciero
acreditao de la zona.

Hoy, ricordando el ayer,
yo que crucé tanto pago
siento orguyo y siento halago
por el que me vio nacer.
Y anque no es mucho a mi ver
lo que’n mi sesera suena,
desataré la cadena
que’ngriya la rilación,
pa’ hacer la ricordación
del Pago ‘e la Madalena.
(29/04/1983)
(De "Dos Evocaciones a un Pago: La Magdalena")

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