Guapo
el “zaino pico blanco”,
vistoso
y escarciador
como
pa’ndarse “de flor”
por
el pueblo, en suelto tranco.
Y
cuando el galope arranco
y
el poncho en la grupa ondea,
cuasi
de reojo vistea
como
amagando un bufido
porque’l
pingo es presumido
y
en esa ación se florea.
Con
el pelo relumbroso
asiao
a puro cepiyo,
es
“el zaino” un solo briyo
bajo
el cielo luminoso.
Siempre
tuve dende mozo
como
condición campera:
desraniyar
a tijera,
pelar
orejas, quijada,
la
cola bien recortada
y
el tuse, una línea entera.
Los
vasos negros, cuidao’,
bien
emprolijao a lima,
hablan,
claro, de la estima
que
tengo por mi montao;
también
prolijo el candao
pa’
que asiente bien los quilos.
Cosas
en las que cavilo
y
son pa’ mi como embrujo
porque’l
arreglo es mi lujo
cuando
pa’una fiesta enfilo.
Seguro
mi tirador
tendrá
los bolsiyos flaco',
algún
papel pa’ tabaco
y
el yesquero chispiador…
La
plata es ese valor
a
la que no acierto el tranco,
por
eso que pa’ ser franco
tengo
todo mi distingo
en
el arreglo’e mi pingo
que’s
el “zaino pico blanco”.
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