viernes, 30 de noviembre de 2012

LOS SALADEROS

Le canto a “los saladeros”
que hayer hubo en Atalaya
reviviendo la bataya
de carne y sal, sangre y cuero.
Le canto a los forasteros
que yegaron a poblar,
porque’s justo ricordar
que si progresó la zona
es que dio cada persona
sus ganas de trabajar.

Del arroyo, por la oriya,
entre’l verdor que da el monte,
el mesmo ayer, pa’ un apronte
hasta parece que’nsiya;
el chairiar de una cuchiya
parece que trái el viento
y es -asigún yo presiento-
que rastros de aquel donaire
andan flotando en el aire
porque ayí está su aposento.

Al ver tu costa y tu puerto
ayer, Silges y Ferrando,
dejaron de andar buscando
pa’ establecerse, por cierto.
Y ande antes hubo disierto,
bravos malones… batayas,
invasor de clinas bayas
y una guardia de coraje,
dentró a balar el vacaje
y vos creciste, Atalaya.

Un noviembre, pa’ más dato
del año setenta y uno
se carnió el primer vacuno
sigún cuenta algún rilato.
Y si a mentar me desato
el trabajo de’sos días,
a Repetto y Compañía
es necesario nombrar
que también vino a salar
en la antigua grasería.

Tañe el bronce del ricuerdo
por el saladero ‘e Rocca,
y si la memoria evoca
al de Palazzi, no pierdo.
Aquel tiempo, al tranco lerdo
s’hizo pasao… s’hizo olvido,
y aquel puerto concurrido
por barcos de tuitos rumbos
quedó solo y a los tumbos
…cuasi se diría… vencido.

Por aquel ayer, mi canto,
yeno de orguyo, sin pena.
¡Pasao de la Madalena!
Mi Pago que quiero tanto.
Y cuando mi voz levanto
pa’ brindarte mi homenaje:
tañe el ricuerdo el cordaje
y en sus compases certeros,
un canto a “los saladeros”
dispierta en tuito el paraje.
                                 (4/03/1982)

No hay comentarios:

Publicar un comentario