¡Malambo!:
es discutido
tu lugar de
nacimiento,
pero surero
te siento
porque’n el
sur he nacido.
Quizás poco
conocido
seas en la
actualidá,
pero a
decir la verdá
cuanta
tradición que’n encierra
¡verte
bailao en la tierra
de una
guitarra al compás!
No pretendo
discutir
-tan solo
doy mi opinión-
y así
espongo la razón
de mi
surero sentir.
Tiene el
malambo el vivir
de la
región en que se haya:
en el sur,
de altiva taya
con
elegancia ante todo,
y si es
senciyo su modo
sepa, ¡le
sobran agayas!
El
malambiar de un surero
refleja un
modo de vida.
Es la pampa
convertida
en cuerpo
de hombre campero.
Es
resabio’e fortinero
avisorando
el desierto.
Es rastriar
ante lo incierto.
Es lucirse
con un pial,
y echar “el
dos” a un bagual
beyaquiando
en campo abierto.
“Media res
de arriba, quieta
y la de
abajo bailando”,
estilo que
irá mostrando
quien lo
surero interpreta.
Costumbre
que se respeta
vaya a
saber de hace cuanto.
Dice un
refrán que es un tanto
popular
entre nosotros:
“No es pa’
tuitos, bota’e potro”.
Y en lo que
he dicho, me planto.
(06/06/1970)
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