miércoles, 26 de febrero de 2020

COMO DIOS MANDA


El indio se me ha encrespao.
La sangre que se alborota
dentro’e las venas rebota
como malón endiablao:
“¡Cuidao -me dice- cuidao!
-una voz en la concencia-
asujete y con prudencia
búsquelé al palo la comba
que atuando como una tromba
prevalece la imprudencia.”

Algo me yama a sosiego,
al cuete avivar las brasa’
pero más de una vez pasa
que’ncandilao uno es ciego.
A ser manso tengo apego
pero eso no es ser cobarde,
no hay que’sperar que sea tarde
pa’ tomar la decisión,
que hay que’nriendarlo cortón
al potro que nos aguarde.

Pero se me apotra el indio
p’hacer pata’ncha altanero
porque’l que pega primero
se anota el segundo chirlo;
pero hay algo -hay que decirlo-
que’stá invitando a pensar,
a conversar, tolerar
pa’ convivir de güen modo
que hay buscarle acomodo
a la vida a transitar.

M’hizo calentar, es cierto,
no me va echar por delante,
y el indio, que no es de aguante
copó la banca dispierto.
Pero al primer desconcierto
lo paletió la cordura
que si uno vivir procura
se dice: como Diós manda,
hasta el más duro se ablanda,
…pero al insulto conjura!

                  La Plata, 3 de noviembre de 2004
               
Carlos Raúl Risso E.-

MÁS QUE FRESCO

Al cáir al rancho de güelta
en una oración tan fría
aquerencia la alegría
tibia, que la brasa suelta;
el fogón, en su resuelta
atitú de dar calor,
ofrece’l reparador
amparo de su templanza,
y el cuerpo mejor descanza
con un mate sentador.

A un banco que suelta quejas
-sentao- las botas me saco
y los pie’ cansao atraco
a unas alpargatas viejas;
al bigote y a las cejas
los siento como mojao,
a los ojos, achinao,
y a la cara muy reseca
¡que te hace’l frío una mueca
el gesto más delicao!
   
Suerte que al lao del fogón
se hacen las horas serenas,
hasta se’ntibian las penas
y se templa el corazón.
Un charrusco sabrosón
bien empareja las cargas
y acorta las noches largas
un verso de muchos pié,
de’sos mesmos que trencé
en tiempo de horas amargas.

Al catre va la osamenta
pa’ redomoniar un sueño,
que amuestra la noche’mpeño
pa’ una helada suculenta;
más de una matra calienta
la cama de mi sosiego
y endemientras que m’entriego
dispacito al dormir mío
pienso, ¡amalaya, que frío!
…y habré de toparlo, luego…
                    (23/07/2001)

Versos de Carlos Raúl Risso


jueves, 13 de febrero de 2020

DE ANDE SALÍ


 Viene avanzando la tarde
poniéndole fin al día
y el poniente, se diría,
es un gran fogón que arde,
Seguro "Mama" ni aguarde
que le vengo de visita
pero sé que necesita
que cada tanto, le caiga,
y en mi persona le traiga
el cariño que me habita.

En l’última reseriada
en que a Córdoba yegué
una manta le compré
que aura la trigo arroyada;
en su cama ¡ni pintada!
va quedar, más que seguro;
ya me imagino el apuro
que le va’garrar al verla
digo, porque al conocerla
se sienta feliz, procuro.

A mi hermana la Celina
-que’s la que le hace compaña-
como sé que se da maña
le compré una tela fina,
algo como “percalina”
me dijo el turco tendero
al que le agencié el sombrero
aludo, que requintao
aura traigo bien calzao
como le cabe a un campero.

Siento al cuzco toriador
que carculo, me ha ventiao,
y aunque’l cielo se ha cerrao
me ha sacao, conocedor;
el cencerro sonador
se ha’quietao al dir al tranco.
Como entre amariyo y blanco
lo vislumbro al “sol de noche”
filtrando como en derroche
la señal, pa’ donde arranco.

¡El rancho donde me’he criao!
Del que chicuelón salí
pero al que siempre golví
quizá… por bien enseñao.
Hoy de nuevo he regresao
como pa’estarme algún día,
pues con la tropiya mía
le haremos ronda al trajín
pa’ vivir como en festín
y en familia. ¡Quién diría!
                                 (La Plata, 13/05/2014)

Versos de Carlos R. Risso


ZAMBA


Para una puesta en escena bailable de "Lunita Sureña" de C. Loray

Los caminos que nos yevan
y el lejos… se hace distancia…
con el tranquiar incansable
por las güeyas de la pampa;
y el hombre, tras el trabajo:
que un pique… luego una changa.
Cuando se quiere acordar
“el pago” se güelve ansia,
y es que ayá, junto al camino
ande un rancho abre sus alas,
quedó una moza esperando
que’s amor, cariño, brasa
que siempre tiene encendido
el trasfoguero de mi alma.
Flor del pago y de mi pecho,
imagen de moza guapa
que apechuga soledades
y que con pacencia aguaita…
Por tuito eso es que regreso
mi prienda, ¡sueño abrazarla!

         ….00o00….

Y aura juntitos los dos
como yunta en crioyo cinto,
el sol tendrá otro calor,
la luna tendrá otro briyo,
y el abrazarla será
saber que tengo conmigo
la otra parte de mi ser
y ya no será el camino,
quién me yeve a las distancias
porque ha de saber mi sino
que’s junto a usté, ande estoy
bien plantao y ¡bien querido!;
porque’s seguro también
de que habrá cuna y un hijo
pa’ que reverdezca el canto
que’n su voz se güelve trino
mientras que yo, en la guitarra,
le busco el rumbo a un estilo
o… por qué no? ¡a una zamba,
la que nos pialó el destino!
                          (La Plata, 9/11/2017)