lunes, 6 de marzo de 2023

VALORANDO

 Amaina. Se va limpiando

el cielo en anchos listones

mientras que a unos nubarrones

“el pampero” pasa’rriando.

¿Otra de’stas? Sabe cuando

me agarrará en el camino;

por yuvia no me acoquino

tengo muchas sobre’l lomo

pero en verdá, ni sé como

pude yegar a destino.

 

 ¿Qué yuvia? Jue temporal

y me agarró a campo abierto

que’ra mesmo que un desierto:

ni planta ni pajonal.

Viento y agua por igual

me tráiban a mal traer

hasta que pude caer

-siguiendo el rumbo al istinto-

al puesto de Don Jacinto

y áhi jue pa’ mi, un renacer.


Entonces bien se valora

la templanza del fogón

y el sabor del cimarrón

como nunca se atesora.

Supo aguantar la totora

del techo, flor de chubasco.

cáiba’gua que daba’sco

y en tan singular negrura

¡era el candil una’lbura!

dando su luz dende un frasco.

  

Pero áura, ya es otro día,

otra historia por vivir

y se me hace colegir

que’l sol, trairá su alegría.

Si hasta el pingo, se diría

que anda’ura más avispao

-yegó bastante aplastao

del trajín de la tormenta-.

¿Pa’ que viá sacar la cuenta?

La vida… nada da fiao…

                                  (13/06/2014)

                                                                                     

DE TRABAJO

 Trotea airosa la “rosiya”

y el son del cencerro tacho

con su recia voz de macho

entabla a los de mi siya.

Entrepelada y senciya

mi tropiya de trabajo

es la herramienta, barajo,

con la que’n paz, me sostengo

que con eya voy y vengo

y a la pobreza l’atajo.

  

Tengo un “alazán” morrudo,

un “zainito mano mora”

y un “gatiao”, que guapo aflora

en el trabajo más rudo;

un “moro”, que’s como escudo

por su pelaje de acero,

un “azulejito overo”

-cielo de una atardecida-,

un “lobuno” anca partida

y un “doradiyo lucero”.


Don Miguel, el capataz,

hombre de un hablar medido

ha sentenciao, sin cumplido:

“esa es tropiya capaz”.

Ansí, sin lujos de más

que’n verdá no los preciso,

me sirve pa’l compromiso

de cumplir cada conchabo

y que no falte el centavo

pa’ que’l gurí tenga un guiso.

  

Es tropiya sin “mejor”,

no luce’n fiesta pueblera,

pero es la prenda campera

de un paisano cumplidor.

Siete pingos de valor

que pa’ mi, que poco valgo

dicen mucho más que algo

y son ansí, mi fortuna.

¡Y no es menos que ninguna

cuando a cualquier güeya salgo!

                                         (21/05/2014)