Cuando pisó Garay tus
criollos lares
tomando posesión por su
‘monarca’,
la agreste soledad de tu
comarca
ignota tribu secular
poblaba,
y el cacique que la
gobernaba
a su modo tribal, era el
patriarca.
Dos mil indios de lanza más
la chusma
tenía el pueblo de la nación
pampa.
Su espectro por la zona aún
acampa
y quizás mi recuerdo le
salpique
a Tubichaminí, que fue
el cacique,
la prestancia cobriza de su
estampa.
Sometido por armas o
palabras
(a sable y mosquetón... o a
crucifijo),
todo el pueblo, de Dios,
pasó a ser hijo:
primero ‘reducción’...
Después ‘curato’...
Hasta que sabe Dios -no
existe el dato-
el tiempo se llevó lo que
bendijo.
¿Qué habrá sido de Tubichaminí?
¿De su pueblo diezmado...
qué habrá sido?
¿O es que a pesar de haberse
sometido
los tragó la ambición de la
conquista?
Quizás que hoy al mentar,
paso revista
de algunos hechos que
tronchó el olvido.
¿Dónde andarán tus huesos,
mi cacique...?
¿De tu pueblo diezmado...
qué habrá sido...?
(1982)
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