lunes, 10 de junio de 2024

DE'STRENO

 -relato-

1

En el baile  que’l domingo

dio en su rancho, Doña Cata,

yo estrené las alpargatas

que Ana bordó con distingo.

Era un lujo cada pingo

ensiyao con crioyo esmero,

sobrepuestos catrieleros,

otros d’hilo, unos de pana

lucían, mientras la jarana

tapaba a los guitarreros.

2

Un morocho correntino

con los dedos como avispas

parecía sacaba chispas

de su istrumento genuino;

ladero de su destino

un mozo trenquelauquero,

gatiyaba con esmero

sobre su fino encordao

y hacían vibrante un polquiao

que sonaba muy campero.

3

Bajo el alero propicio

los hombres se saludaban

y alguna puya soltaban

dando a la conversa inicio.

“Mozada sin desperdicio”

se oyó decir a una vieja.

El mujeraje’n bandeja

empanadas repartía

y de por sí ya se olía

que’ran de carne de oveja.

4

Al dir uno al aposento

ande’l baile se aprontaba

junto a una Virgen que’staba

se dejaba el armamento:

había facones sin cuento

y hasta vi una “Lafouché”

recostada a la paré

que a la Imagen daba apoyo;

que ayí no habería un embroyo

pa’ mis adentros pensé.

5

Había como una ñeblina

ayí, ande se bailaba,

que a candil se iluminaba

con su lumbre mortecina.

Cada tanto, una vecina,

portando una palangana

regaba la tierra plana

del polvoriento lugar,

y aliviaba el respirar

a más de una paisana.

6

En los más variao sombrero’

el polvo ponía su marca

y como a tuitos abarca

los ‘grisaba’ con esmero.

Seguían los guitarreros

con güeya, mazurca, gato

que repertorio pa’ rato

tenía yunta tan estruida.

La chinada presumida

sufría con los zapatos.

7                             

Tras del rancho el Vasco Azor

asaba con mucho esmero

un lechón y un güen cordero

que había arrimao Sofanor,

el que’s hijo del dotor

caudiyo en las elesiones…

No faltaban los mirones

golosos pa’ hincar el diente.

Doña Cata, displicente,

hacia notables riuniones

8                                      

Y yo, pa’ no estar de más

en la musical de jornada,

con la muchacha de Almada

dimos güeltas al compás;

“¡qué paisana, cachafaz!”

me dije pa’ mis adentro,

y ayí encuentro con encuentro

de los pechos al latir,

de un tirón le jui a decir

que’ra de mis sueño, el centro.

9

No tutubió ante mi endecha,

bajó los ojos y dijo:

“Pa’ ser madre de sus hijos

lo acompaño en esta brecha”.

 Y al verle que la derecha

le había ganao de un tirón,

áhi nomás de sopetón

le di un beso y el chasquido

jue caricia pa’ mi oído

y también pa’l corazón.

10

Y en un valse ligerón,

anque de forma sensata,

hcimos girar la grata

novedá de la reunión.

Yo un paisano camperón,

eya, muchacha donosa,

por mentas muy hacendosa

pa’ la mantención de un rancho.

“¡Pavada’e carne pa’l gancho

colgaste, Ruperto sosa!”.

11

El baile’l pasao domingo

trujo otra luz a mi vida

y aura el vivir me convida

como pide rienda un pingo.

Y es que al amor lo distingo

como cosa linda y grata.

Yo que’strenaba alpargata’,

aura, de’nnoviao me’streno.

¿La de Almada? Lo más güeno!

del baile en lo’e Doña Cata.

                                   (10/06/2024)

 Versos de Carlos Raúl Risso


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