A la memoria de un anónimo
Silvio López, de la Magdalena
Me
apuntó Ña Micaela
la
cocinera ·El Rosario”:
“No sufra más el
calvario
que le da el dolor
de muela,
váyasé ya, sin
agüela,
al tambo en que’stá Don Silvio”.
Ensiyé
y busqué’l ausilio
de’se
paisano cayao
que
anda siempre algo apartao,
pero
cura y trái alivio.
Lo
hayé hachando unas astiyas
pa’
tener cerca ‘el fogón.
Me
dijo: “-Apeesé Zenón
y ate a la sombra
el que’nsiya”.
Lo
saludé, y una siya
me
ofertó pa’comodarme,
no
había yegao a sentarme
cuando
me alertó: “-Sabía
que un día de’estos
vendría
dolorido, a
visitarme”.
De
una pieza me quedé
cuando
escuché’se relato
y
como es hombre sensato
nadita
le pregunté.
“-Qué le anda
pasando a usté?
inquirió
ensiyando el mate.
Medio
me agarró un parate
y
le conté: es una muela
que
m’hinca como una espuela
con
dolor juerte que late.
Ser
acercó y del lao dolido
tres
cruces echó en mi cara
con
el pulgar, que pasara
suave
como en un volido;
medio
un rezo bendecido
murmuraba
para sí,
luego:
“-Salgamos de aquí”
dijo,
y salió muy formal
en
direción al corral
del
tambo, y yo lo seguí.
Adentro
tranquió algo tioco
y
del almbre’n la costa,
buscó
ande’staba la bosta
oriada
unque sea un poco,
ayí
se agachó -evoco-
y
buscó la parte seca,
m’hizo
descalzar la chueca
del
mesmo lao del dolor
y
que áhi pise “por favor”,
me
indicó sin una mueca.
Sacó
la cabo amariyo
y
recortó la pisada
que
levantó, y mi mirada
esquivó en modo senciyo;
tranquió hacia unos durazniyos
mientras me decía atento:
“-Güelva
pa’ mis aposento’
y siga
cebando el mate”.
Yo, como en un sosegate
cumplí su orden, cachaciento.
Al rato, como tal cosa
regresó sin aspaviento
y me anotició de intento
como la estraña a su esposa,
que con su hija -buena moza-
se han retirao del lugar
y pa’ que pueda estudiar
la muchacha, al pueblo han ido,
y a él se le hace muy sufrido
estar solo, y trabajar.
Después de un rato ‘e conversa
me despedí agradecido,
con la muela en el olvido
sin dolor que me retuerza.
Días después, sin hacer juerza
la muela en dos se partió,
cada pedazo salió
con sangre’n dos escupidas…
Y hoy tengo entre mis vividas
que Don Silvio... me curó.
(08/02/2024)
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