Para una puesta en escena bailable de "Lunita Sureña" de C. Loray
Los
caminos que nos yevan
y
el lejos… se hace distancia…
con
el tranquiar incansable
por
las güeyas de la pampa;
y
el hombre, tras el trabajo:
que
un pique… luego una changa.
Cuando
se quiere acordar
“el
pago” se güelve ansia,
y
es que ayá, junto al camino
ande
un rancho abre sus alas,
quedó
una moza esperando
que’s
amor, cariño, brasa
que
siempre tiene encendido
el
trasfoguero de mi alma.
Flor
del pago y de mi pecho,
imagen
de moza guapa
que
apechuga soledades
y
que con pacencia aguaita…
Por
tuito eso es que regreso
mi
prienda, ¡sueño abrazarla!
….00o00….
Y
aura juntitos los dos
como
yunta en crioyo cinto,
el
sol tendrá otro calor,
la
luna tendrá otro briyo,
y
el abrazarla será
saber
que tengo conmigo
la
otra parte de mi ser
y
ya no será el camino,
quién
me yeve a las distancias
porque
ha de saber mi sino
que’s
junto a usté, ande estoy
bien
plantao y ¡bien querido!;
porque’s
seguro también
de
que habrá cuna y un hijo
pa’
que reverdezca el canto
que’n
su voz se güelve trino
mientras
que yo, en la guitarra,
le
busco el rumbo a un estilo
o…
por qué no? ¡a una zamba,
la
que nos pialó el destino!
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