por el
silencio acunada,
en vos, la
estión cayada
le canta un
himno a la vida.
Cicatrizan las
heridas,
desaparece
el dolor…
Con
trebolares en flor
se ha
alfombrado tu camino,
me siento más
Argentino
al
contemplar tu esplendor.
Gaucho: patrón de yanuras.
Amo y señor
de distancias;
de alma
noble y sin jactancias,
y de
envidiable bravura.
Hijo de
entrañas ¡bien puras!
con mucho
de indio pampeano.
De un
proceder siempre sano
en las
buenas y en las malas,
y aunque
quizás, pobre en galas,
de curtida
y franca mano.
Cabayo: de crioya traza
y bien
armada figura,
con
elegante postura
que’n el
tranquiar se acompasa.
Su proporcionada
traza
se lució en
mil entreveros,
y en los
trabajos camperos
se portó
como el mejor…
Con el
gaucho hizo un “duo flor”,
cuasi
hermano y compañeros.
Rancho: más bien petizón
pa’hacer
pata’ncha al Pampero;
como el
nido del hornero
de barro
hecha la armazón.
Un alero
chicuelón
de paja,
ansí como el techo;
un fogón
siempre en acecho
con algún
tizón machazo,
y la puerta
abierta al paso
de tuito
gaucho derecho.
(13/06/1973)
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