Cuentan
que’l gaucho murió
cuando
el alambrao se impuso;
cuando
dentro a ser ‘intruso’
en
los campos que cruzó;
cuando
pa’ndar le quedó
la’ngostura
de una güeya;
cuando
a su estampa sin meya
se
le castró el horizonte…
lentamente,
sin apronte,
dentro
a’pagarse su estreya.
Cuando
vio su libertá
sujetarse
ante’l alambre
sintió
en el pecho un calambre
y
herida su dinidá.
Pero
en la oportunidá
su
suerte ya estaba echada
y
en la última boquiada
cuando
le tembló la mano,
él
le legó a los paisanos
tuita
su vida pasada.
Hoy,
el paisano argentino
defiende
la tradición
¡dende’l
más humilde pión
hasta
el patrón más genuino!
Y
si éste anduvo el camino
que
dejan las alambradas,
si
él ya no tuvo cruzadas
en
las montoneras luchas,
hoy
aprovecha ¡jue pucha!
las
reliquias heredadas.
Hoy
él amansa un bagual
como
su mayor lo hiciera
y
en un volcao puerta’juera
muestra
su cencia en un pial;
jue
resero ser vicial
cuando
se tropiaba haciendas;
pa’
su trabajo hace riendas,
maniadores
o bozales,
y
no faltan los casuales
en
que le canta a su prienda.
Hoy,
él trajina su vida
en
potreros alambrao
pero
honrando lo heredao
de
aquel pasao no se olvida.
En
su mirada alvertida
Anida
la libertá
y
aunque hoy, en rialidá
flamea
al viento la bandera,
si
defenderla tuviera
¡como
gaucho peliará!
(14/12/1981)
Versos
de Carlos
Raúl Risso
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