Se
dentra el sol sin apuro,
la
noche, segura, avanza
y
el relincho del “oscuro”
dice
que’l campo descansa.
Canta
aletiando el hornero
-señal
que dejó el trabajo-
y
el chajá, suelta altanero
su
grito alerta en el bajo.
En
el potrero que ubico
pegao
al lao de las casa’,
el
petizo de los chicos
va
arrastrando su cachaza.
El
montecito de talas
se
va golviendo un manchón,
y
al cielo, estreyitas ralas
le
dan briyos de ilusión.
De’sa
ilusión que otro día
ha
de seguir a la noche,
otra
jornada a porfía
pa’
vivirla sin derroche.
Los
días tráin esperencia
mas…
suman años también!
Los
años con las dolencias
nos
tráin canas pa’ la sien.
Se
va’clarando el bigote,
el
hocico es “pico blanco”,
la
melena se jue al trote…
y
la vida sigue al tranco.
Pensar
de que veinte tuve
y
tuve también cuarenta,
y
como no me detuve
se
orejean los setenta.
Ya
el sol, ayá en el oeste,
tiñó
en sangre’l horizonte,
tiende’l
sosiego en lo agreste,
taya
el silencio en el monte.
Le
robo un balde al jagüel
pa’
surtir de agua la pava,
y
ensiyé’l gayeta fiel
mientras
bajito chiflaba.
Con
el delantal cargao
con
el fruto’e las nidadas,
con
su tranco acompasao
ya
güelve 'mi pior es nada'.
Y
la noche habrá de hacerse,
la
luna será encendida…
No
es cuestión de distraerse:
¡mañana
será otro día!
(15/12/2019)
Versos de Carlos Raúl Risso
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