Primera
Tropié muchos caminos
siendo resero;
recorrí muchas güeyas,
pagos enteros.
Echaba por delante
hacienda de otros;
nunca tuve una vaca
solo algún potro.
Cuando apretaba el sol
de noche andaba;
de día algún churrasco
dispués sestiaba.
En invierno, de día
siempre tropiaba;
de noche se dormía
y también rondaba.
Estribillo
Las haciendas son de otro
¡ta que destino!
Los reseros sin nada,
solo el camino.
Segunda
Siempre con güenos pingos
si no, no andaba;
mi destino era güeya
y la caminaba.
En las noches lunadas
con poncho e’streyas,
demientras las miraba
pensaba en eya.
Pero nada te cuento
de las garúas:
truenos y rejucilos,
luz en las púas.
Vida sacrificada
la del resero,
tropiar güeyas y güeyas,
pagos enteros.
Al estribillo
(16/05/1970)
domingo, 26 de diciembre de 2010
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