Te vi
otra vez entre sueños
y como
en sueños te truje
de’sa
aparición deduje
de que
puedo ser tu dueño;
pondré
de cencia, mi empeño
y
de’mpuje mi coraje,
que’unque’s
humilde mi traje
y
modesto mi esistir,
no me
resigno a sufrir
ni hacer
en vano mi viaje.
Ya’liviané
la tropiya
pa’
que’sté como pistola,
arreglé
tuses y cola’
pa’ que
se luzca el que’nsiya,
entrepelada
y senciya
pero sin
yel pa’l trajín,
capaz de
dir al confín
de la
pampa más remota
siempre
al compás de la nota
del
cencerro cantarín.
Y he de
largarme al camino
dispuesto
a tranquiar la güeya,
porque
si hay qu’echar la peya
no me le
achico al destino;
iré
tarariando el trino
en que
un “cielito” se afana,
porque
trái luz de un mañana,
y en ese
mañana arranco,
cuando el
“zaino pico blanco”
me
arrime hasta mi “alazana”.
(12/05/2014)
Versos de Carlos Raúl Risso
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