Te
vi otra vez entre sueños
y
como en sueños te truje
de’sa
aparición deduje
de
que puedo ser tu dueño;
pondré
de cencia, mi empeño
y
de’mpuje mi coraje,
que’unque’s
humilde mi traje
y
modesto mi esistir,
no
me resigno a sufrir
ni
hacer en vano mi viaje.
Ya’liviané
la tropiya
pa’
que’sté como pistola,
arreglé
tuses y cola’
pa’ que se luzca el que’nsiya,
entrepelada
y senciya
pero
sin yel pa’l trajín,
capaz
de dir al confín
de
la pampa más remota
siempre
al compás de la nota
del
cencerro cantarín.
Y
he de largarme al camino
dispuesto
a tranquiar la güeya,
porque
si hay qu’echar la peya
no
me le achico al destino;
iré
tarariando el trino
en
que un “cielito” se afana,
porque
trái luz de un mañana,
y
en ese mañana arranco,
cuando
el “zaino pico blanco”
me
arrime hasta mi “alazana”.
(12/05/2014)
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