Tranco 1
Le viá cantar -ya sabe-, como pueda,
pero ha de ser pa’usté, todo mi canto
que anque no soy zorzal, de tanto en tanto,
entretejo una endecha que la enrieda.
Ya no me siento potro. Nada queda
del ansia salvajona que’ra encanto
de hacer jareta las cruces del quebranto
y echar corriendo, el dos, cuando se rueda.
Me ha sosegao… su cara… su figura,
lo dulce de sus ojos, la mirada,
y ese andar cimbriador de tal lindura.
Ya ve… m’he arrocinao… como si nada.
¡Si me tiene embramao con la ternura
de’sa su donosura inmaculada!
Tranco 2
¿Ve usté mi “moro”, la que ayá me’spera…?
Pues sepa que dende aura es “su patrona”,
la moza vivaracha y querendona
que ha de yenarlo ‘e mimos, salamera.
Se me hace ya que a la potranca overa
los cueros l’he de echar, porque’s lindona
y ha de ser “la de andar” de la Ramona,
diabla pa’ enhorquetarse, ¡muy campera!
Ya falta poco pa’ entibiar la cuja
y hacer crujir los güesos, de cariño,
sabiendo que’s amor lo que se’struja.
Si hay un amanecer al que me ciño,
hay un mañana que a soñar me’mpuja
y habrá futuro… que será pa’ un niño.
Tranco 3
Este’s su rancho “Niña”, el que le dije
qu’he levantao feliz, sin que me cueste,
ande tan solo falta que usté apueste
ese don de mujer, que a más la esije.
Pa’ que su fina mano lo emprolije
al frente, le puntié la tierra agreste
pa’ que’n flores de rosas y celeste
tenga un cantero que la regocije.
(Y así pasó nomás. Tal lo refiero.
Vide’l jardín… y el rancho florecido
y al “moro” abichocarse’n el potrero.
Tuvo el patrón, tropiya pa’ un envido;
eya tuvo seis hijos, seis ¡te quiero!
¡Un puro y crioyo amor correspondido! )
(6/09/2012)
martes, 30 de octubre de 2012
lunes, 22 de octubre de 2012
A LUIS MARÍA LAURENCENA
A la memoria del querido “Vasco” que falleciera
en 1978
Como un tizón
trasfoguero
que se
consume en su brasa,
se me apagó
tu crioyaza
presencia
de compañero.
Te había
pialao lo campero,
te había
amadrinao la tierra,
con la
beyeza que’ncierra
nuestra
costumbre paisana,
pero en edá
muy temprana
el destino
te destierra.
Solo una
cosa segura
hay una vez
que nacemos,
y es que
algún día rumbiaremos
de’ste
pago, a otra yanura.
En tus
amigos perdura
tu imagen, “Vasco”
güenazo.
Jue cimbrón
de todo el lazo
que hace temblequiar
la mano
saber que
siendo temprano
se
avecinaba tu ocaso.
Será que pa’ndar
camino
hacía falta
algún resero,
¡y que
mejor que un surero
pa’
repechar el destino!
Mirá hermano,
solo atino
a decirte
con voz plena,
que anque
tu ausencia me apena,
mientras
esista un fogón,
latirá tu
corazón
¡Luis María
Laurencena!
(18/02/1980)
lunes, 1 de octubre de 2012
A UN CRIOYO VIEJO
Güen domador y resero
Nicanor Mauro Galván,
de’sos hombres que se dan
no en tuitos los entreveros.
De una sola pieza, entero;
como criollo: ¡servicial!
Se me hace que del corral
por la tranquera lo veo…
y m’eriza un cosquiyeo
con su ricuerdo cabal.
Chiripá bayo listao
y un saquito corralera,
su indumentaria campera
con resabios del pasao.
Un sombrero requintao
sujetaba su melena,
una daga de las güena’
le hacía cruz en la cintura;
botas negras, caña dura,
y la mirada serena.
Ni bien despuntaba el día
-dispués de cimarroniar-,
el rancho solía dejar
y al rato nomás golvía.
Con un pingo se venía
como pa’ tenerlo a mano,
costumbre de’se paisano
que nunca amansó a palenque
y no abusó del rebenque
pa’ sacar un pingo sano.
Que había sido montonero
se sabía comentar,
mas él, nunca quiso hablar
de aqueyos tiempos primeros;
pero en cambio ponía esmero
pa’ dar un sano consejo,
ya que había yegao a viejo
y el domar era su cencia,
nos volcaba la esperencia
de crioyo sabio y parejo.
Con ochenta inviernos largos
echó el último suspiro,
sobre el talón hizo un giro
y jue a cumplir… “ese” encargo.
Pa’ mi jue un momento amargo
el que tuve que pasar,
y hoy lo suelo ricordar
con mi respeto mayor,
al resero y domador
Nicanor Mauro Galván.
(31/01/1976)
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