sábado, 14 de mayo de 2011

...Y TUITO POR UNOS RIALES

Hice una changa antiyer
en las estancia “Los Cardales”
rejuntando unos baguales
sobre la costa del río:
de pensarlo hoy me sonrío
pero me agencié unos riales.

Yo yevé el zaino bragao
y el lobunito torcaz,
porque los sé muy capaz
y que a tuito se dan maña…
Por algo tildó de “hazaña”
al trabajo, el Capataz.

Hice yunta con Mariano
(hijo ‘el puestero’e “La Verde”),
y es justo que lo ricuerde
al que jué mi compañero:
¡Ta que hombre dicharachero,
su lengua, tiempo no pierde!

Él ensiyó pa’l trabajo
dos colorao cabos negros
más ligeros que ojo’e suegro
y muy seguros de mano.
De hacer yunta con Mariano
en verdá mucho me alegro.

Y rumbiamos a la costa
apenas el día clarió,
y cuando el Patrón yegó
a la oriya ‘el pajonal,
“-¡Qué no quede un animal!”,
muy serio nos ordenó.

¡Qué yeguada! ¡Qué potriyos!
De tuita laya y pelajes,
bufadores los salvajes
por lo chúcaro y ariscos,
de’ncarar a los mordiscos
haciendo gala’e coraje.

¡Ni que hablar del pajonal!
Con zanjas y unos barriales
que esquivaban los baguales
…y a veces nosotros no,
si hasta más de uno hocicó,
…y tuito por unos riales.

Nos pasamos la mañana
en esa calamidá,
y pa’ más, ¡óigale y va!
a veces la sabandija
del cogote a la verija
nos tapaba de verdá.

La cosa jué que al final
cumplimos con el conchabo.
Como changa jué algo bravo
juntar tantos animales.
Pensar que por unos riales
salí de barro hasta el rabo.

Y cuando me diba a dir
el Capataz me yamó
y ayí mesmo me ofertó
me yevara un picacito:
quedó guacho el pobrecito,
la madre se deslomó.

Ansí que con el potriyo
al que lo apodé “Regalo”,
costiando el corral de palos
salí buscando el camino,
contento con mi destino
pa’l almacén me refalo.

Le compré a mi prienda dulces
y adornos pa’ sus percales
en los “ramos generales”
que está en la esquina de Nievas;
yo compré alpargatas nuevas
¡…Y tuito por unos riales!
(5/01/1981)

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