Trái el atardecer que se avecina
de viejos días, el más fiel ricuerdo
que golvedores y al tranquito lerdo
ayegan su presencia a la retina.
Y en aqueyos sucesos que trajina
la memoria que pa’ nada pierdo,
es por las cosas maulas que me muerdo
y por las güenas que mi verso trina.
La vida me ha mostrao que’s una escuela
que toditos los días tiene clase
y dos por tres una enseñanza deja.
Por eso será pues la cantinela
que al dispertarme, suavecito nace,
me acompaña el trajín, y me refleja.
(20/04/1996)
jueves, 1 de abril de 2010
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Muy buenos tus poemas Carlos, te saluda
ResponderEliminarMercedes