¿Cuántas veces el cencerro
jue
música sedutora
y
en la noche hasta la aurora
un
fiel amigo de fierro?
Lo
digo sin miedo al yerro
que
con él, hasta canté,
muchas
veces conversé
y
cuando acampé’n l’oscuro
jue’l
alerta más seguro
que
m’hizo sentir de pie.
El
cencerro hace al camino
musical
y placentero
y
en el andar mañanero
casi
se asemeja a un trino;
su
sonido cantarino
lo
hace la yegua’l andar.
Badajo
que has de picar
sobre
la chapa de bronce
y
háces que tu voz, entonces,
cargue
al viento el badajiar.
Teniendo
atento el oído
digo
ande la güeya es plena:
“¡Cencerro! tu
nombre suena
lo mismo que tu
tañido…”,
esto
cantó un conocido
pueta,
de los nacionales,
y
otro de’sos gauchos tales
dijo,
dentrando al trabajo:
“Cencerro, sonar
de un tajo
que el aire corta
a raudales…”.
Y
anque me han dicho de qu’es
usao
en otros lugares
yo
sé que’n mis gauchos lares
es
patriarca sin revés.
Y
si la tropiya, pues,
es
propia de nuestra tierra,
cuánto
simbolismo encierra
que
seguidor a lo perro
está
el canto del cencerro
¡al
que’l tiempo no destierra!
(27/04/2024)
Versos de Carlos Raúl Risso