Desde
El Carmen de Las Flores
y
por Tapalqué cruzando,
va
la galera rodando
del
“mayoral” Mauro Gómez.
Como
en viajes anteriores
rumbo
a San Carlo’e Bolivar,
lugar
al que siempre arriba
tras
recorrer treinta leguas,
dando
en la posta la tregua ,
de
que’l camino los priva.
Al
trote largo y parejo
de
los fieles “colorao”,
al
paisaje desolao
lo
cruza en cayao cortejo;
el
camino desparejo
hace
que bailen las ruedas,
mientras
en el aire queda
de
irregular estatura
la
turbulenta figura
que
forma la polvareda.
El
arroyo de Las Flores
y
la Cañada “El Recao”,
son
dos pasos delicao
por
no decir de los piores;
ayí
muestran sus valores
“los
colorao” marca’e Prida,
entre
las aguas dormidas
de’sos
lechos pegajosos,
afirmándose
afanosos
por
continuar la partida.
Luego
trota la galera
cuando
en silencio se acuna,
sobre
un médano la luna
de
la noche compañera.
Y
ya cerca los espera
de
la posta, el tibio amparo,
y ni
bien la divisaron
se
dejó oír la corneta,
avisando
que a la meta
junto
a la noche yegaron.
Ya
en la posta, respiraron
al
dejar el balancín,
los
cabayos, que’l trajín
sin
aflojar soportaron.
Los
pasajero’estiraron
las
piernas, medio’cansao;
en
el campo desolao
los
cimarrones auyaban,
y
en el fogón ya chirriaba
la
grasita del asao.
(24/05/1972)