A los que
hablando de ayer
al gaucho
le dicen “vago”,
a fondo y de
punta amago
p’hacerlos
retroceder;
y si es que
quieren golver
con sus
embustes machazos,
pongo el
pecho, y un hachazo
saco y
anuncio clarito;
mas como
matar no almito
seco,
acomodo un planazo.
Hasta parece
mentira
que haya
espíritus funestos
que viven,
echando el resto!
si es que
algo gaucho suspira;
podrán a mi
cuero, en tiras
sacar pa’
garras cualquiera’
que no
hayarán la manera
de hacerme
ver lo contrario,
¡y si el
gaucho jue corsario
soy
corsario a mi manera!
Hay voces
que cada tanto
sueltan
ciertos señorones
dende
apoltronao siyones
con tono
por demás santo,
inician que’s
un encanto
el curso’e
su relación
pero al
poco rato son
sus
ejemplos, increíbles!,
y hasta
resultan risibles
los gauchos
de su creación.
Dicen gaucho,
y pareciera
que lo que su pluma pinta
aguada
tiene la tinta
y áhi el
trazo se’ntrevera:
me le
cambian la manera
y las
costumbres también,
enancándolo
al vaivén
de un
sentir indefinido
¡olvidándose
que ha sido
de la
libertá, un sostén!
¡Gaucho! patrón
sin estancia.
¡Gaucho!
señor de un destino.
Supo este
suelo argentino
del peso de
tu prestancia.
Nunca esistió
la distancia
que tu
horizonte achicara
y bien se
curtió tu cara
a soles,
vientos y fríos,
en la paz,
o en los bravíos
momentos de
la tacuara.
Nunca te
importó la plata
¿pa’ qué?
¿pa’ comprar qué cosa?
Si ésta tu
tierra grandiosa
tenía su
cultura innata.
Y unque
puso el que arrebata
las regla’y
la condición
seguistes
el rumbo al son
del badajo
de tu pecho,
teniendo el
cielo por techo
y templao
el corazón.
Dejalos,
gaucho, que digan
”su
historia” hasta que se aburran,
que habrá
un día en que recurran
al saber
del que hoy castigan.
Sepan que
jamás lo obligan
por más de
que doble’l lomo;
que hay
noche, hasta que hace asomo
el sol, de
mostrar ¡un rayo!.
Ya de haber
un justo fayo
y la verdá…
cairá a plomo!
(7/10/1996)