¡Óigale al duro y no grite!
Que’l que’sa frase repite
está vacío como un tacho
Yo me priegunto, caracho,
si ese ingrato ¿es argentino?
¿O acaso será dañino
porque lo parió una fiera?
¡Porque’l día que’l gaucho muera
también morirá un destino!
Morirá el Patrio
destino
de una Nación
soberana
que tuvo luz de
mañana
cuando el gaucho
abrió camino.
¡Dejen ese desatino
de criticastros de
plaza!
No usó el gaucho
más coraza
que su propia
voluntá:
¡emblema de libertá
que simboliza una
raza!
El gaucho vive’n la
tierra;
en un chingolo que
canta;
en un tala -que se
planta
en la yanura o la
sierra-;
en la milonga,
que’ncierra
el sentir más
campechano;
en el hombre que’s
baquiano
pa’ lidiar un
animal;
en el que trenza un
bozal
o en el que ordeña
temprano.
El gaucho vive
también
en el que baila una
danza
y en el que hace
una mudanza
con acompasao vaivén;
en el que siempre
hace'l bien
sin medir el
sacrificio;
en el que sin
artificio
va por la Patria , tirando,
y aprendió, que
trabajando
¡ser Argentino es
su oficio!
¿Dicen, gaucho, que
te has muerto?
¡Mentira! ¡Patraña
infame!
¡Qué un pecho
patrio se inflame
y ya hay un gaucho
dispierto!
Hoy, tu espíritu
más cierto
late en el crioyo
heredero,
y alumbra el rumbo
y sendero,
ardiente como un
tizón
¡que’n la gaucha
tradición
vive aquel gaucho
primero!
(14/12/1987)