lunes, 21 de febrero de 2011

CONCIERTO

Al “cumpa” Agustín López, porque
me inspiré en un comentario suyo.


En el temple alto y sonoro
de un bien tendido alambrado
arpegia el viento afinado
su melodioso tesoro;
en su eterno andar canoro
-huracanado o silbón-
amadrinó a cada son
y en su tropilla virtuosa
entabla en forma armoniosa
voces de cada región.

Afina el torniquetero
-grave clavijero inmenso-
y alista el alambre tenso
para un preludio campero;
florecen desde el venero
las más criollas expresiones
poblando las extensiones
la armonía fina y pura
con que despunta natura
musicales condiciones.

Concierto. De cielo y pampa.
De pampa y cielo, concierto.
Expresión de campo abierto
… de abierto campo, sin trampa!
Concierto, que al aire estampa
sus más naturales sones.
Soberbias digitaciones
ponen un toque increíble
… como si un Fleury invisible
pulsase… mil diapasones!!!
(28/09/2009)
3º Premio 1º Certamen Milongueo del Ayer - Dolores 2010

DÉCIMA

Soy la décima. Esa soy.
La de armoniosa cadencia,
la que ha impuesto su vigencia
del lejano ayer, a hoy;
la misma que uso Godoy
cuando le dio voz al Corro,
aquella que no hizo ahorro
cantando a la independencia
y vapuleó la insolencia
de aquel coloniaje engorro. (1)

Soy la décima. Redonda
en sones, tonos y climas,
la que enseñorea sus rimas
como gorjeo en la fronda.
Soy la que ha nacido en Ronda
allá en la España europea,
pero que bien se florea
en toda la Hispanoamérica
y que a su hidalguía ibérica
fue acriollando en cada aldea.

Soy la décima. Y orgullo
tengo por haber nacido
y también porque he servido
al pueblo en gestas o arrullo:
clarín de guerra o murmullo
en un preludio de amor.
Si todo he dicho, señor,
mucho más he de decir
que nací, para vivir
pariendo versos en flor.

Soy la décima. Espinel
me lió de forma paqueta
y me dio a cualquier poeta
me esculpa con su cincel;
no todos tuvieron miel
para untar mis diez razones
muchos, sólo fueron peones
afanosos, consecuentes,
los pocos sobresalientes
sin duda han sido patrones.

Soy la décima. Campera.
La del fogón del tropero
o la que bajo el alero
se deshojó plañidera;
la que fue a la montonera,
al vivac, la toldería
y la que a la pulpería
la transformó en auditorio.
Traigo silencio, jolgorio
y del campo, letanía.

Soy la décima. De Uzal,
de Risso, Menvielle, Charrúa,
a la que bien acentúa
Obligado, y no es casual.
Con Varela pasa igual
que con Boloqui y Panizza.
Soy la décima, y hechiza
al poeta, mi presencia:
sé vivir con elocuencia
y el buen decir, me cotiza!

(1) molesto

2º Premio en el 2º Certamen Milongueo del Ayer - Dolores 2011